jueves, noviembre 30, 2023
Políticos

‘Yo no tengo un juicio moral sobre los militares’: Francisco de Roux

Francisco de Roux se resistía a que lo postularan para formar parte de la Comisión de la Verdad. “Honradamente, me parecía un trabajo muy difícil”, dice el sacerdote jesuita que presidirá esa instancia, cuya responsabilidad es esclarecer los hechos de violencia del conflicto armado durante los últimos 52 años.

Apenas dos días antes de ser elegidos los 11 miembros de la Comisión, algunas personas tuvieron que llamarlo para pedirle que aceptara formalmente la postulación que habían hecho varias organizaciones. Fue cuando dio el sí.

Ya el jueves, al mediodía, una llamada de sus compañeros de trabajo en Medellín lo enteró de que las noticias lo mencionaban no solo como uno de los integrantes de la Comisión de la Verdad, sino también como el elegido para presidirla.

De Roux es consciente de que hay sectores que tienen reservas sobre él. Y que, además, desconfían desde ya del trabajo que hará la Comisión de la Verdad.

Pero atribuye esa desconfianza a que “en Colombia hay mucho sufrimiento, mucho dolor, mucha indignación de todos los lados”.

Y por eso, afirma, “hay que escuchar a todo el mundo con respeto”. El sacerdote habló con EL TIEMPO de su futuro trabajo y de las dudas que han suscitado los elegidos para la Comisión de la Verdad.

Usted dice que en el país hay mucha gente indignada. Ahora mismo hay sectores militares indignados, que ponen en duda la imparcialidad de los elegidos para la Comisión de la Verdad. ¿Qué les dice?

En primer lugar, me parece normal que existan esas posiciones porque el país está polarizado. En segundo lugar, los buscaré para hablarles. Quisiera escuchar las razones de sus argumentos, de sus prevenciones. Uno tiene que empezar por comprender al interlocutor, sobre todo a los colombianos que piensan de una manera distinta. Y estoy muy interesado en escucharlos.

¿Hablará con Acore (Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares), que dice no confiar en los elegidos ‘porque han pertenecido a organizaciones detractoras del Ejército y de la Policía’?

Iré a buscar a Acore y a los altos mandos militares para conversar con ellos. Espero de ellos la disposición para conversar y que se puedan expresar con toda franqueza. Ojalá se manifieste con rigor la verdad de todas las partes y se logre dar explicaciones.

Usted dice que la Comisión de la Verdad tendrá como puntos de partida el informe ‘Basta Ya’, del Centro Nacional de Memoria Histórica, y los documentos sobre el origen del conflicto producidos para la mesa de diálogos de La Habana. Hay militares que piensan que esa es la verdad de las Farc…

Por eso me importa mucho conversar con ellos. Lo que haré, en la medida de lo posible, es mantener una conversación muy asidua con ellos durante todo el tiempo.

¿Cree que la Comisión de la Verdad puede acabar con la polarización y la desconfianza que existe hoy entre los colombianos?

Creo que ese es el desafío de la Comisión. Salirnos de lo que para mí, desde el punto de vista de las ciencias sociales, es un trauma cultural y social muy profundo. En este momento se vive eso en Uganda, en el Congo, lo vivieron los alemanes después del holocausto judío y lo viven también hoy judíos y palestinos.

Estos traumas se producen porque hay sufrimientos muy grandes, muy generalizados, mucho dolor y muchas indignaciones. Y esas indignaciones se expresan mediante interpretaciones que, por un lado, son razonables, pero por otro lado pueden estar influenciadas por intereses de poder y económicos. Y cuando se tienen, como en el caso nuestro, dos interpretaciones totalmente excluyentes, ambas con propuestas económicas y políticas, y ambas influenciadas por el sufrimiento, es muy difícil la construcción colectiva.

ELTIEMPO