La tuvieron con vida artificial dos semanas, pero pese a todo los esfuerzos de reanimación hechos por el Gobierno, el proyecto de reforma política y electoral no resistió una cirugía más y se convirtió, ayer, en la primera propuesta por fast track (vía rápida) en fallecer en el Congreso, a la vista de todos.
Los partidos, excepto la oposición, quisieron sacarle provecho a la reforma al inicio, pero en el camino, y luego del rechazo de la Misión de Observación Electoral (MOE), de la Misión Electoral Especial (MEE) y de las Farc, nadie quiso cargar con ese muerto.
Con 68 a favor y dos en contra la plenaria del Senado archivó el proyecto de acto legislativo que, según el presidente Juan Manuel Santos, buscaba modernizar y purificar el sistema político y electoral, en desarrollo del punto dos del Acuerdo de La Habana.
Pero, contrario a este planteamiento, la reforma se concentró en temas de macanica política como listas conjunta solo para partidos pequeños que después se materializó en transfuguismo, financiación estatal del transporte para día de elecciones y autoridad electoral independiente, que finalmente había quedado nuevamente en manos del Congreso pero con un procedimiento diferente.
Elizabeth Ungar, coordinadora de la MEE, entidad creada para elaborar la propuesta original de reforma, no ocultó su decepción, y por eso también había pedido que desconectaran al moribundo. “Le fueron agregando cosas y quitando otras que eran fundamentales. La clase política tradicional no se quiere reformar”.
Agregó que, como estaba el proyecto, el Consejo Nacional Electoral iba a quedar más politizado de lo que está, y con el transfuguismo se volvería a la operación avispa de años atrás, con unos partidos desdibujado y atomizados.
“El remedio terminó siendo peor que la enfermedad porque reproducía los privilegios y las malas prácticas políticas que tanto daño le han hecho a la democracia y que han llevado a los ciudadanos a perder la fe y la confianza en los partidos políticos”.
Se abre paso constituyente
Senadores como Roy Barreras, del Partido de La U y Claudia López, de la Alianza Verde, manifestaron en días anteriores que si la clase política no era capaz de reformarse, no quedaba otra alternativa que cerrar el Congreso y convocar una constituyente.
Al respecto Juan Cristóbal Restrepo, director de la Maestría en Gobierno de la U. Javeriana, manifestó que con este hundimiento se va abriendo, efectivamente, la posibilidad de una constituyente, “porque no es posible que el Congreso, cumpliendo lo que el Estado colombiano suscribió, no sea capaz de generar una reforma política que permite la apertura democrática, pero también la depuración de ciertas prácticas que han deteriorado la confianza en los partidos”.
La reforma política, al igual que muchos otros proyectos que estaban por fast track, tendrán que esperar o tomar la vía ordinaria. Así lo afirmó Andrés Felipe Bernal, docente de la Escuela de Política de la U. Sergio Arboleda. “La constituyente se descarta para este proyecto, pues si se parte de la idea de la MEE, su contenido va en contravía de los intereses de la política tradicional”. Por ahora, todo sigue igual.
ELCOLOMBIANO