viernes, diciembre 1, 2023
Políticos

Quince años de duelo por Carlos Cendales

Nota de la Redacción. El 18 de junio del 2007, las Farc asesinaron a once de los doce diputados del Valle del Cauca , quienes fueron secuestrados el día que esta guerrilla terminó con la vida de Carlos Cendales, el policía que custodiaba la Asamblea. Este es uno de los momentos dolorosos de los 52 años de guerra con las Farc, que hoy, cuando se cumple el primer año de la firma de la paz, se conmemora con esperanza. La serie periodística ‘Un año de la paz para no olvidar 52 años de guerra’ honra nueve hitos del conflicto armado.

Seis meses antes de que doña Jael Zuñiga muriera, el 15 de febrero del 2016, ella trató de calmar su corazón adolorido por el asesinato de su hijo ‘Beto’, como le decía cariñosamente a Carlos Alberto Cendales. El crimen ocurrió el 11 de abril del 2002, cuando media Asamblea del Valle fue secuestrada por las Farc.

En el 2015, doña Jael y su hija Luz Marina Cendales decidieron empezar a perdonar y despedirse de Carlos Alberto encendiendo velas frente a las fotos de quien de niño siempre soñó ser policía.

Pero la muerte -por quebrantos de salud- alcanzó a doña Jael el año pasado. La mujer falleció sin recibir una explicación de la guerrilla, como lo deseaba. Doña Jael solo tuvo por respuesta que la guerrilla sí había recibido una misiva enviada por su hija y que luego se pronunciaría, lo que nunca ocurrió.

La madre de Carlos Alberto partió sin entender por qué esos guerrilleros, quienes a plena luz del día simularon ser miembros del Ejército -cuando se tomaron la Asamblea-, en uno de los baños del edificio le propinaron a su hijo varias puñaladas y dos disparos, y luego sacaron a los diputados en una buseta.

Luz Marina solo pudo tener un poco de alivio en el 2016, cuando viajó a La Habana (Cuba), donde se adelantaron las negociaciones del Gobierno y las Farc. Allí, la hermana de ‘Beto’ le pidió explicaciones a ‘Pablo Catatumbo’, quien terminó pidiéndole perdón. Ella lloró como nunca lo había hecho. Al final, ambos se dieron un largo abrazo. En medio del llanto, ella le preguntó al exjefe guerrillero: “¿Por qué lo mataron?”.

ELTIEMPO