La partida será de 235,5 billones de pesos, pero su aprobación estuvo matizada por un largo y crítico debate, en el que los senadores expusieron una serie de reparos, tanto al proceso de aprobación, a contrarreloj, como la preocupación por lo que llamaron, “la entrega de la olla raspada”.
Las asignaciones básicas, como el gasto en funcionamiento, en 147 billones de pesos; la partida destinada a pagar la deuda pública, establecida en 48,2 billones de pesos, y los recursos para inversión en obras: 39,7 billones de pesos, siguieron generando inconformidad entre parlamentarios que reclamaban las cifras acerca de los rendimientos que ha tenido la reforma tributaria aprobada en el 2016.
“Este presupuesto permitirá cumplir con las metas que se impuso este Gobierno”, dijo Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, luego de concluida la aprobación del proyecto.
Tres cambios fundamentales que incluye el texto aprobado en Senado y que no estaban en el documento que recibió el visto bueno de las comisiones económicas del Congreso, destacó el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas: una partida de 500.000 millones de pesos para apoyar a los hospitales, 100.000 millones para las Universidades Públicas y 120.000 millones para infraestructura (vías para la celebración Bicentenario).
La educación tuvo la asignación mas alta de todos los sectores: 37 billones de pesos; Defensa fue el segundo con mas recursos, con 31,6 billones, pese a que en el proceso de ajustes le quitaron 800.000 millones.
Los temas de posconflicto recibirán 2,4 billones. El agro, otro de los renglones por los que reclamaron los congresistas, contará con 2,3 billones, 246.000 millones más frente a lo que tenía en el proyecto inicial.
Se destacan casos como el de la Registraduría, que por tratarse el 2018 de un año electoral, terminó con un presupuesto de 1,7 billones, 158 por ciento más frente a los 691.000 millones del presente año.