viernes, diciembre 1, 2023
Políticos

Las horas críticas en las que se enredaron las curules de paz

Pocas veces en su historia el Congreso había vivido unos minutos tan tensionantes como fueron los del remate del procedimiento legislativo especial con el que se implementó normativamente el acuerdo con las Farc y luego de los cuales quedó la duda de si las 16 curules de paz tienen vida o no.

Esta controversia jurídica fue el colofón de un año de trabajo del Congreso para tramitar leyes y reformas a la Constitución que desarrollaron lo pactado en La Habana. Esto se cumplió bajo un procedimiento bautizado como ‘fast track’, el cual agilizó los tiempos para estas iniciativas y concluyó el pasado jueves.

Ese día, al mediodía, la plenaria del Senado votó la conciliación del proyecto que crea los 16 escaños para los lugares más afectados por la violencia, uno de los puntos consignados en el acuerdo firmado en el teatro Colón, hace un año.

Para esa votación, la Mesa Directiva del Senado fijó la mayoría para avalar el proyecto en 51 votos, pero la desidia y el rechazo de algunos partidos políticos hizo que se consiguieran 50 y que comenzara una dura polémica jurídica que aún no concluye.

Dos conciliaciones

La novela para la conciliación del proyecto comenzó desde principios de noviembre, cuando se radicó un primer texto conciliado de lo aprobado en Senado y Cámara.

El propósito de esta norma es que haya 16 representantes a la Cámara de los lugares más impactados por el conflicto y en los que el Estado no haya hecho presencia.

Para ellos se fijaron como reglas que los partidos políticos –incluido el de las Farc– no podrían participar y que solo se votaría en las zonas rurales.

Aunque la creación de estas circunscripciones levantó roncha entre varios partidos políticos, la iniciativa fue apoyada.

Así pasó hasta que llegó el momento de la conciliación, que se da cuando los textos aprobados en Senado y Cámara son diferentes. El miércoles 15 de noviembre se votó en la plenaria del Senado el primer texto conciliado, que obtuvo 55 votos por el sí y 6 por el no.

Pero en la Cámara no hubo la misma suerte. Varios representantes pusieron reparos a, según ellos, inconsistencias que había en el texto y forzaron a que se modificaran aspectos del mismo, especialmente en las inhabilidades de los candidatos que se presentarían para estas curules.

Con un segundo texto, la conciliación volvió a la Cámara, donde el pasado miércoles alcanzó 90 votos de apoyo. Pero la tormenta estaba por venir en el Senado. Pese al apoyo a la primera conciliación, la segunda vez el Gobierno no contó con el mismo respaldo.

En un primer intento, el pasado martes, los votos no alcanzaron: 38 por el sí y 14 por el no. De inmediato, senadores del Centro Democrático y Cambio Radical y la senadora liberal Viviane Morales manifestaron enfáticamente que la iniciativa había sido “negada”. En ese momento los nervios de algunos funcionarios del Gobierno comenzaron a crisparse.

Los uribistas y la mayoría del partido del exvicepresidente Germán Vargas mantuvieron su rechazo al proyecto hasta el final.

Pero la amenaza que la conciliación no logró superar fue el rechazo de la mayoría de la bancada conservadora en Senado, la cual se negó a votarla afirmativamente.

Juan Diego Gómez, vocero de esa colectividad, explicó que hay “un hecho real” y es que las Farc “ya consiguieron sus curules mínimas en Cámara y Senado” y que el mapa donde están estos escaños “coincide plenamente con el de la actividad del narcotráfico”.

Los oficios del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, conservador, por convencer a sus copartidarios se estrellaron contra la decisión firme de los ‘azules’.

Ni siquiera el presidente Juan Manuel Santos, quien los invitó a un desayuno en Palacio en la mañana del jueves –antes de la votación– logró el milagro de que cambiaran de posición.

Por eso, los 30 minutos que duró la votación de la conciliación en el Senado fueron de angustia: ministros por los pasillos del recinto del Senado tratando de convencer a los senadores remisos que acompañaran la conciliación, funcionarios del Gobierno comiéndose las uñas y la mayoría de la bancada ‘azul’ inflexible. Solamente 2 de 18 votaron por el sí.

Tras no alcanzarse los votos que la Mesa Directiva del Senado indicó, 51, el Gobierno echó mano de una tesis con la que ha insistido que las curules se deben elegir en marzo del 2018.

En esta controversia tomó partido hasta el propio presidente Santos. En la noche del jueves salió a reclamar el triunfo del Gobierno y a declarar que la creación de las curules había sido “aprobada” y este sábado defendió, de nuevo, esa postura. Dijo que “no se requiere ser matemático para decir que de 99, cincuenta es más que la mitad”.

El pasado viernes, el ministro Rivera dijo que en caso de que el Senado “no rectifique” la votación acudirá a instancias como el Consejo de Estado, lo que indica que la polémica apenas comienza.

¿50 o 51?, la polémica por las curules de paz

Según el Gobierno, la mayoría en Senado es de 50 senadores, ya que a los 102 que son en total se deben descontar 3 que no están.

Así las cosas, la conciliación del proyecto que crea las 16 curules de paz habría sido aprobado el jueves. El balón está en cancha de la Mesa Directiva del Senado, que deberá pronunciarse al respecto a más tardar esta semana ya que las inscripciones de candidatos al Congreso vencen el próximo 11 de diciembre.

ELTIEMPO