Tras el hundimiento de la reforma política este miércoles en el Congreso, respaldado incluso por el Gobierno debido a los cambios que el proyecto original sufrió y con los cuales no se lograba cambiar el sistema electoral para hacerlo más transparente, las dos decisiones más importantes del Legislativo este miércoles, cuando se vence el plazo del trámite abreviado para las leyes de la paz –fast track–, tienen que ver con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y los 16 cupos en la Cámara de Representantes para las víctimas del conflicto armado.
La suerte de ambos proyectos está concretamente en manos del Senado, donde deben votarse las conciliaciones, que ya pasaron en la Cámara. Esta aprobó este miércoles la conciliación de las curules de paz con 90 votos contra 31.
Se da casi como un hecho que los senadores aprobarán la reglamentación de la JEP con los cambios que le introdujeron en la Cámara, donde al final revivieron la inhabilidad para los magistrados que actuaron como defensores o acusadores del Estado en procesos por violaciones de derechos humanos y para quienes fueron asesores de la mesa de diálogos de La Habana.
En cambio, hay gran expectativa por la suerte de las 16 circunscripciones de paz, por la resistencia que le han hecho partidos como Cambio Radical y el Conservador, sobre la base de que las antiguas Farc podrían poner candidatos para esas curules.
Pero ni el partido político de la exguerrilla, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) ni ningún otro movimiento puede presentar candidatos.
Las circunscripciones especiales de paz hacen parte de los acuerdos de La Habana para compensar con representación en la Cámara a las regiones del país que sufrieron el mayor impacto del conflicto.
La idea es que tengan un representante por dos periodos: en el Congreso que sea elegido en el 2018 y en el que se escoja en el 2022. En esas regiones apartadas y marginadas históricamente de la política, asociaciones de víctimas se han venido organizando para presentar sus candidatos.
Una reunión prevista para este jueves entre el presidente Juan Manuel Santos y delegados de la bancada del Partido Conservador en el Senado será la última carta que se jugará el Gobierno para tratar de salvar las 16 curules para las víctimas.
En el encuentro, acordado en la tarde del miércoles, estarán a nombre de los ‘azules’ el presidente del partido, Hernán Andrade; el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, y el vocero de los senadores, Juan Diego Gómez.
Este miércoles fracasaron los intentos por convencer a ese partido de apoyar la votación de la conciliación de la iniciativa.
Primero fue una reunión en la presidencia de Senado, en la cual los conservadores propusieron que se hundiera la iniciativa y se incluyera un artículo en la reforma política que les diera vida a las curules. Según esa propuesta, estas no serían elegidas con voto popular sino por las víctimas.
Y luego, pasadas las 4 de la tarde, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, conservador, llegó al Congreso y les pidió a varios senadores del partido el apoyo para salvar las curules de paz, pero sus esfuerzos fueron en vano.
Según el senador Juan Diego Gómez, al menos este mieércoles, el partido se mantenía en su posición. “Vamos a votar la conciliación de la JEP y estamos en la posición de votar negativamente las curules de paz”, afirmó.
El retiro del respaldo de la bancada ‘azul’ es el principal obstáculo que tiene la aprobación de la norma, pues, sin sus votos (18), el proyecto se hunde. Un eventual hundimiento de las 16 curules para la paz en la votación de la conciliación en el Senado sería el mayor fracaso del proceso de paz con las Farc si se tiene en cuenta que el eje de esa negociación era el reconocimiento y la reparación de las víctimas, como lo ha dicho repetidamente el presidente Juan Manuel Santos.
ELTIEMPO