“El Acuerdo de Quito dice que el cese bilateral debe finalizar el martes 9 de enero de 2018, y no el día 12 como están afirmando algunos voceros del Gobierno”. Con esa frase, la guerrilla del Eln anunció que, contrario a lo que estaba pensando el país luego de haberse anunciado un cese bilateral del fuego y hostilidades, dicho pacto termina antes de lo inicialmente presupuestado.
Y es que el pasado 4 de septiembre, apenas tres días antes de que llegara el papa Francisco a Colombia, el presidente Juan Manuel Santos informó que en Ecuador, en la mesa de conversaciones de paz con el segundo grupo guerrillero en Colombia, se había llegado a un primer acuerdo para lograr un cese del fuego y hostilidades temporal que duraría, según dijo, 102 días. Dicho acuerdo, según el primer mandatario, se iría renovando “en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos”.
Por eso, genera sorpresa el comunicado que reveló este sábado el grupo insurgente quien negó la posibilidad de que lo inicialmente pactado con el Gobierno se prolongue hasta el viernes 12 de enero, pese a afirmar que durante ese lapso se abrirán espacios de participación a la sociedad civil en aras de aportar a la agenda de negociación. “Los propósitos de esta mesa de diálogos son suscribir un Acuerdo Final para terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad. Por esto, durante esta tregua buscamos que despegue la participación masiva de la sociedad, como sujeto protagónico de los cambios”, añadió la guerrilla en el comunicado.
Teniendo en cuenta que dicho cese bilateral entre Gobierno y Eln arrancan el próximo 1 de octubre y terminan, según la comunicación de la guerrilla, el 9 de enero de 2018, se ha acordado una serie de compromisos entre las partes durante esos meses que durará. Por ejemplo, cesar las actividades relacionadas con el secuestro y la extorsión, suspender las voladuras de oleoductos o no sembrar minas antipersonal.
Por el lado del Gobierno, según ha trascendido ante la opinión pública, el principal objetivo es salvaguardar la vida y seguridad de los líderes sociales y defensores de derechos humanos. De momento, se espera que en los próximos días se anuncien los protocolos de verificación del cese bilateral del fuego y hostilidades, cuya supervisión estará a cargo de una misión de la ONU y de la Iglesia Católica.
EL ESPECTADOR