A las urnas para elegir al candidato presidencial del Partido Liberal acudieron este domingo 744.521 colombianos, es decir, el 2,12 por ciento de las más de 35 millones de personas habilitadas para votar en el país.
La consulta liberal estuvo en duda hace apenas unas semanas, luego de que algunos sectores consideraron que invertirle 85.000 millones de pesos, que era el costo inicial, a una votación en la que solo participan dos candidatos, para dirimir un asunto que también podrían resolver mediante otro mecanismo, era mucho dinero.
Ante la insatisfacción expresada, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y el registrador nacional, Juan Carlos Galindo, acordaron recortar el número de mesas de votación para reducir el costo a 40.000 millones de pesos.
Esto obligó a que los centros para sufragar solo se instalaran en cabeceras municipales, lo que pudo haber mermado la participación de los colombianos, especialmente en las zonas rurales. Tanto Humberto de la Calle como Juan Fernando Cristo, los candidatos en contienda, defendieron el mecanismo al afirmar que era una forma de permitirles a los ciudadanos hacer una “elección democrática”, lo que permitiría abrir los partidos y evitar que todo se haga “a puerta cerrada”.
Hay que recordar que la consulta se realizó en una fecha aislada de las jornadas electorales de Congreso y Presidencia, y es difícil lograr que la gente salga a votar un domingo en el que no están en juego mayores definiciones, más allá de escoger el candidato de un partido.
Pero la cifra de los 40.000 millones de todas maneras fue cuestionada sobre la base de que era demasiada plata para que un partido eligiera su candidato. Y los resultados revelaron que cada voto, de los 744.521 sufragantes, terminó costando alrededor de 54.000 pesos.
Adicional a ello, y contrario a lo que ocurría hace varios años con nombres como el de Luis Carlos Galán que despertaban el fervor liberal, los partidos políticos cada vez generan menos pasiones.
ELTIEMPO